martes, septiembre 24, 2013

Verloren

Se dio cuenta que se estaba quedando sin palabras lindas, que repetía las mismas capitalistas conjunciones de letras que todo el mundo dice, principalmente "plata". Ya las metáforas habían huido hacia un rato largo sin haber dejado una nota de despedida. Y las risas multisilabicas? Y la nostalgia nocturna? No las encontraba en ninguna reunión social. ¿En qué se había convertido? Una buena botella de vino, ahora no era una linda charla hasta la madrugada sino un vino de 100 pesos.- Su reloj ya no le marcaba las horas sino que marcaba Swatch.. Se había perdido de eso que "quería" ser, para encontrarse con el que "debía"; pero entre el quiere y el deber generalmente se le colaba el vacío. Una madrugada miró al espejo y el susto lo sorprendió, casi no se reconocía. Tantas mascaras y adornos para vivir en esta sociedad lo habían camuflado demasiado bien. "Todavía estoy a tiempo", pensó para sí mientras resoplaba para sacarle un poco de peso a su espíritu. Y así en la profunda oscuridad de una urbe canibal e ingnorando el frío de los pisos de su departamento...como quién en caso de emergencia rompe el vidrio, corrió hacia la biblioteca y busco ese libro de poesías de Benedetti que tanto le gustaba, lo desempolvó y con la tenue luz del baño, lo empezó a leer como un prófugo, como un rebelde sin revolución. Y no lo sabía, pero en el fondo lo sentía, en ese mismo momento se estaba salvando.